Cata de Aceite de Oliva Ybarra
Elegir de forma acertada el aceite que mejor combina con el plato que estamos cocinando, a veces nos resulta sencillo porque estamos acostumbrados a reconocer los diferentes matices del aceite de oliva de una forma casi instintiva, hemos crecido con la Dieta Mediterránea.
Pero existen diferencias organolépticas donde nuestros sentidos entran en juego para poder realizar una cata profesional de aceite de oliva que hoy os vamos a contar, además de desvelar un par de mitos.
El primer paso en una cata profesional es utilizar copas de color azul o ámbar, ya que las diferentes tonalidades del aceite de oliva no son relevantes a la hora de analizar sus características y puede influir a la hora de determinar los dos factores fundamentales, el olor y el sabor.
Cuatro son los sentidos que intervienen en la cata profesional de aceite de oliva:
La vista: que se utiliza para analizar el grado de filtrado y si está turbio o no, cómo ya hemos dicho, el color no influye.
El olfato: determina el aroma del aceite, que va desde el olor al fruto, la hoja, la hierba… y que para apreciarse es necesario que el aceite esté a una temperatura adecuada para alcanzar su máxima intensidad.
El tacto en el paladar: que nos dará la consistencia del aceite de oliva, es decir, si es pastosa, suave, acuosa o fluida.
El gusto: Fundamental en la cata y que nos aporta su sabor e intensidad. Si se catan diferentes aceites, entre una cata y la siguiente, es importante eliminar el sabor anterior y para ello se utiliza pan o un trozo de manzana.
Por otro lado, dos son los mitos que sobre el aceite hoy os queremos aclarar, el primero es que no es malo que un aceite de oliva pique y en segundo lugar, no hay que asociar la acidez del aceite directamente con la calidad, es un parámetro más que forma parte del análisis de la cata del aceite.
¿Qué cualidad apreciáis más en el aceite de oliva virgen extra?