Las Castañas
Es su olor el que nos advierte que ya está aquí el otoño, esos puestos que poco a poco comienzan a invadir nuestras calles aún cuando el calor todavía no quiere abandonarnos; ellos son los que nos avisan del cambio de color en el paisaje con su inconfundible aroma a castañas asadas.
La castaña es el fruto del castaño, árbol de la familia de las Fagáceas, propio de climas templados y húmedos. Es uno de los alimentos de la dieta mediterránea que ya se consumía desde la prehistoria y para los Romanos, que fueron los encargados de su expansión, la castaña formaba parte de la base de su alimentación, de hecho, al bello castaño lo llamaban “El árbol del Pan”.
Comienzan a tomarse ahora y durante todo el invierno nos acompañarán en sopas, para acompañar las carnes, como ingrediente para rellenar pavos o pollos y como postre. Son versátiles y decorativas y aportan un sabor inconfundible a nuestros platos. A la hora de elegirlas en los mercados, este pequeño fruto seco con forma de corazón debe estar entero y limpio con su piel brillante y sin moho ni manchas.
¿Y qué aportan a nuestra salud? Las castañas contienen un alto porcentaje de agua, un 50%, y de fibra. También poseen hidratos de carbono y azúcar siendo su índice calórico muy bajo. Además contienen Vitaminas B3 y E. Ácido Fólico, antioxidantes y minerales como el fósforo, el magnesio, el calcio, el potasio y el hierro, por tanto, no puede faltar en la dieta de nuestros hijos. Su consumo es bueno para tod@s y son especialmente recomendables en aquéllas personas con estrés y depresión. Se aconseja su consumo durante el embarazo y la lactancia. Su alto contenido en fibra ayuda al tránsito intestinal además son buenas para la memoria para la anemia siendo un gran tónico y reconstituyente.
Por último un truquito para pelarlas, quitarle la piel exterior e introducirlas en un recipiente de agua hirviendo con un chorreón de aceite de oliva ybarra, pelarlas antes de que se enfríen.
¿Cuántos sabéis cuáles son las castañas pilongas?