Calor e hidratación
El agua es fundamental para nuestro organismo, ya que afecta directamente a varios procesos fisiológicos fundamentales para vivir. Por ello es fundamental no deshidratarnos y prestar especial atención en verano a la ingesta de líquidos. El calor y el aumento de actividad hacen que nuestro cuerpo consuma el agua con mayor rapidez, por lo que es esencial reponer líquidos y beber agua aunque no se tenga sed. Recordad que cuando se siente es porque ya se comienza a estar deshidratado.
Las consecuencias para nuestro cuerpo son inmediatas porque al estar deshidratados se pierde la concentración, aumenta el cansancio físico y aparecen dolores de cabeza. Dependiendo de la edad, el sexo y el momento vital (embarazadas, deportistas, etc.) se recomienda un consumo de agua distinto que va desde los 2 litros hasta los 3 litros aproximadamente.
Pero no todo tiene que ser agua, ya que además de ésta, existen diferentes alimentos que nos ayudan a hidratarnos como son: el té y las infusiones, el café, los zumos de frutas y los alimentos ricos en agua como las verduras. Por eso nuestro cuerpo en verano nos pide ensaladas y fruta fresca.
Además, si hacéis deporte habitualmente os dejamos unos consejos que seguro os vendrán en estos meses con temperaturas más elevadas:
– Al realizar deporte el cuerpo pierde gran cantidad de agua y sales minerales. Hidrataos antes de practicarlo, bebed lentamente desde 4 horas antes entre 2 y 4 vasos de agua.
– Recordad bebed mientras realizáis deporte, ingerid líquidos cada 15 minutos para reponeos.
– Si el ejercicio dura más de 30 minutos bebed líquidos que contengan hidratos de carbono para que el cuerpo se reponga rápidamente y podáis continuar al mismo ritmo.
– Al final del entrenamiento o carrera recordad que es fundamental beber el 150% de la cantidad de peso perdido en un intervalo de 6 horas tras su finalización. Si se ha realizado ejercicio de mucha intensidad es bueno que se incluyan sales minerales y carbohidratos.